sábado, 16 de agosto de 2008

Un nutriente contra la epilepsia.


Por el Dr. Héctor E. Solórzano del Río

Profesor de Farmacología del CUCS de la Universidad de Guadalajara.

Actualmente es muy común que se piense que las causas de muchas enfermedades surgen desde adentro de la persona, es decir, los desequilibrios de los nutrientes y las reacciones del cuerpo a los cambios ambientales. La gente ha comenzado a tomar responsabilidad directa por su salud y nuestro interés en la nutrición es un símbolo de este cambio saludable de actitud.

La causa de la enfermedad en el hombre está en el hombre. Los aminoácidos son de lo más útil en psiquiatría porque son precursores de los neutrotransmisores el "lenguaje" químico del cerebro. Medir el contenido de los aminoácidos plasmáticos ha ayudado a identificar desequilibrios químicos específicos asociados con la depresión, la equizofrenia, la ansiedad y el insomnio.

La taurina es un aminoácido que ocurre en forma natural en el cuerpo y en la comida (principalmente en la proteína animal). Su nombre se deriva de Bos Taurus (bilis de buey) de la cual fué por primera vez aislada hace má de 150 años. La Taurina difiere de la mayoría de los otros aminoácidos, en que no se incorpora a las proteínas. Existe como un aminoácido libre en la mayoría de los tejidos animales y es uno de los aminoácidos más abundantes en el músculo, las plaquetas, y el sistema nervioso en desarrollo.

Aunque el cuerpo gasta mucha energía concentrada en la taurina en varios tejidos, los científicos, no están completamente seguros, de cuáles son las funciones de la taurina. Hay evidencias de que sirve como un neurotransmisor (un mensajero químico para el sistema nervioso), un regulador de la sal y del equilibrio del agua dentro de las células y un estabilizador de las membranas celulares. La taurina participa en la desintoxicación de químicos extraños y también está involucrada en la producción y la acción de bilis. Ya que cada una de estas funciones es esencial par la buena salud, una deficiencia de la taurina podría presumiblemente llevarnos a diferentes problemas importantes de salud.

En un padecimiento en el que hemos visto que es útil este aminoácido, es en la diabetes, donde la concentración de taurina en el plasma y las plaquetas fue significativamente más baja en un grupo de diabéticos, insulinodependientes, que en individuos sanos. La agregación plaquetaria fue también excesiva en los pacientes, con diabetes. Cuando a estos individuos se les dieron 500 mg. de taurina 3 veces al día durante 90 días, los niveles de taurina y la agregación plaquetaria se pusieron normales.

Estos hallazgos sugieren que los diabéticos insulinodependientes, son deficientes en taurina y que esta deficiencia causa una actividad excesiva de las plaquetas. La hiperactividad de las plaquetas puede contribuir a algunas complicaciones de la diabetes, particularmente la ateroesclerosis y el daño renal. Además, la deficiencia de taurina juega un papel importante en el desarrollo de la cardiomiopatía y la enfermedad retinal, ambas de las cuales, son comunes entre los diabéticos. La complementación con Taurina puede por eso ayudar a prevenir algo del daño orgánico que ocurre en los diabéticos insulinodependientes. La prevalencia de la deficiencia de taurina en los diabéticos no insulinodependientes no se conoce hasta este momento.

Otro padecimiento en el que puede utilizarse la taurina como terapia nutricional, es en la epilepsia donde se ha demostrado que la taurina disminuye la frecuencia de las crisis convulsivas de la epilepsia en varios modelos animales. La taurina ha demostrado también una ‘actividad anti-epiléptica definitiva’ en un grupo de epilépticos que no respondieron a los medicamentos convencionales. Este efecto antiepiléptico fue visto en la taurina a dosis entre 200 y 1500 mg. al día. Otros investigadores no están de acuerdo y dicen que han encontrado que la taurina, no es de beneficio en algunos casos de epilepsia. Se requiere de investigación adicional para determinar cuáles de los muchos tipos de epilepsia que existen, pueden responder a la taurina y cúales son las dosis óptimas.

También se han hecho estudios con relación al uso de la taurina en el síndrome de abstinencia del alcohol. A 22 pacientes hospitalizados por síndrome abstinencia por alcohol se les dió la taurina. Se les dio un gramo 3 veces al día por siete dias. De estos pacientes solamente el 14% desarrolló delirio y alucinaciones ( síntomas severos de la abstinencia del alcohol), comparado con 45% de un grupo de pacientes similares que no recibieron taurina.

Podemos decir en lo que se refiere a la toxicidad, que la taurina es generalmente bien tolerada. No se han reportado serios efectos colaterales a las dosis terapéuticas usuales de 1-3 gramos al día. Los pacientes con enfermedad hepática han sido tratados con taurina con hasta 18 gramos durante 6 meses (para aliviar los calambres musculares, dolorosos), sin problemas aparentes.

Hay que aclarar que con relación a la dosificación, la dosis óptima de taurina no se conoce en la actualidad. Los médicos orientados en la nutrición generalmente prescriben de 500 a 1000 mg, 2 a 3 veces al día, para adultos. Pero esta dosis puede variar mucho.

En palabras sencillas podemos afirmar como una conclusión que se ha demostrado que la taurina es segura y también es un tratamiento nutricional efectivo contra la insuficiencia cardíaca congestiva. La investigación adicional sugiere que puede ayudar a prevenir la degeneración macular, los cálculos biliares, y las complicaciones de la diabetes. La taurina mejora la absorción de grasas en algunos individuos con fibrosis quística. La taurina puede prevenir las crisis epilépticas en algunos casos, pero la investigación actual es conflictiva. Los vegetarianos, los ancianos y la gente con síndromes de mala absorción pueden necesitar taurina adicional.

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